La Batalla de Arica: Verdad Histórica, Heroísmo y Realidad Política en la Guerra del Pacífico
La Batalla de Arica: Entre el Heroísmo y la Realidad Geopolítica del Perú en la Guerra del Pacífico
La Batalla de Arica, librada el 7 de junio de 1880, forma parte del imaginario patriótico peruano como una epopeya de valor, sacrificio y entrega absoluta. Sin embargo, más allá de los relatos heroicos y las versiones simplificadas, la historia nos exige un análisis profundo, serio y con sustento documental, que nos permita entender no solo lo que ocurrió, sino por qué ocurrió como ocurrió. Desde esta perspectiva, recogiendo las investigaciones y reflexiones del Dr. Luis Alberto Lázaro Llantoy —abogado, historiador y docente universitario con estudios de posgrado en historia por la PUCP y doctorado en la UNFV—, abordamos este episodio con un enfoque realista y necesario.
I. Causas Reales del Conflicto: Entre el Salitre y la Injerencia Extranjera
La Guerra del Pacífico no fue el resultado exclusivo de tensiones regionales, sino el desenlace de una disputa geoeconómica por el control del salitre, principal recurso de exportación en el sur peruano y boliviano. Chile, beneficiado por una élite política cohesionada y el respaldo logístico de capitales británicos, tenía claras sus intenciones expansionistas. El Perú, por el contrario, estaba desarticulado internamente, con un ejército irregular, una marina obsoleta y una clase política marcada por la improvisación y el caudillismo.
La firma del Tratado de Alianza Defensiva entre Perú y Bolivia en 1873, lejos de ser un factor disuasivo, fue mal manejada diplomáticamente y se convirtió en uno de los pretextos para la agresión chilena. El Perú entró así en una guerra sin la debida preparación estratégica ni la unidad nacional que la situación exigía.
II. El Cerco de Arica y la Decisión de No Rendirse
Después de las derrotas en el sur, como la caída de Iquique, la pérdida de Pisagua y la sangrienta batalla del Alto de la Alianza, la guarnición de Arica quedó completamente aislada. Sin esperanzas de refuerzos y sin ruta de escape, 1,900 soldados peruanos permanecían atrincherados en el Morro, bajo el mando del coronel Francisco Bolognesi.
A través de documentos reales —telegramas, partes de guerra, cartas— se confirma que 27 oficiales se reunieron con Bolognesi el 5 de junio. Ante la exigencia de rendición por parte del ejército chileno, Bolognesi pronunció la célebre frase: "Tengo deberes sagrados que cumplir, y los cumpliré hasta quemar el último cartucho." La decisión fue unánime. Ninguno abandonó su puesto. Todos sabían que su suerte estaba echada, pero eligieron resistir.
III. Alfonso Ugarte: Empresario, Patriota y Mártir de Arica
Uno de los personajes más emblemáticos y a la vez malinterpretados por ciertas corrientes revisionistas es Alfonso Ugarte Vernal. Nacido en Iquique, heredero de una familia acaudalada, tenía todos los medios para huir al extranjero como lo hicieron otros notables de la época. Sin embargo, eligió el camino del deber y la entrega absoluta.
Financió y equipó de su propio bolsillo al Batallón Iquique, considerado por sus contemporáneos como uno de los mejor organizados de toda la campaña. Ya había sido herido en la batalla de Tarapacá, pero permaneció en Arica para pelear hasta el final.
El 7 de junio, al ver que la plaza estaba perdida y que el enemigo tomaba el Morro, tomó la bandera peruana y, montado a caballo, se lanzó desde lo alto del acantilado para evitar que el símbolo patrio cayera en manos enemigas. Lejos de ser una acción espontánea o accidental, como insinúan versiones sin fundamento, fue un acto consciente y deliberado. El Dr. Lázaro lo resume con claridad:
“No se lanzó porque su caballo se desbocó, eso es una idiotez. Se lanzó porque sabía lo que hacía. Fue un hombre que pudo salvarse, pero eligió morir por su patria.”
IV. La Defensa Civil: Las Rabonas, Artesanos y Voluntarios
Uno de los aspectos menos difundidos pero más conmovedores es la participación civil en la defensa de Arica. Las llamadas "rabonas", mujeres humildes —muchas de ellas esposas, hermanas o madres de los soldados— acompañaron al ejército en campaña, cocinaron, curaron a los heridos y en muchos casos tomaron las armas. Su papel fue heroico, aunque invisibilizado durante décadas. Esta también es una fecha de peruanidad femenina, de coraje popular y de compromiso sin distinción de clase.
V. Carlos Agustín Belaunde y el Juicio de la Historia
Dentro del cuerpo de oficiales, el único que se opuso a la defensa final fue Carlos Agustín Belaunde Cervantes. Posteriormente tildado de traidor, su figura continúa siendo motivo de controversia. El Dr. Lázaro señala que no se puede juzgar el pasado desde una visión moral contemporánea, pero también advierte que la historia no puede ni debe olvidar. Si un pueblo pierde la memoria, se expone a repetir sus errores.
VI. Más Allá del Mito: La Verdad como Deber Patriótico
Recordar Arica no debe ser un acto mecánico ni limitado al ritual cívico. Debe ser una oportunidad para enseñar la complejidad de nuestra historia, la crudeza de la guerra, la grandeza del sacrificio y también los errores de nuestras élites. Solo así podremos construir una conciencia nacional crítica y no solo emocional.
Como dijo el Dr. Lázaro en su intervención en Radio Moderna:
“El Perú debe dejar de vivir de glorias pasadas y construir un futuro con base en la verdad. Porque cuando un pueblo olvida su historia, está obligado a repetir sus males.”